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Oraciones Poderosas

La oración es comunión con el Padre. Es el respirar del alma y la fortaleza del espíritu. Sin esta comunión, nos ahogamos. La oración no es tanto una lista de peticiones sino total entrega y rendición a Sus propósitos.

Esto fue lo que los discípulos pidieron a Jesús: “Enséñanos a orar”. Y Jesús hizo mucho más que enseñarles cómo orar. Él les enseñó qué orar.

¿Quieres orar de acuerdo a la voluntad de Dios? ¿Quieres que tus oraciones te alineen con el Padre de tal manera que todo lo que desees sea lo que Él desea? ¿Cuál es el ingrediente esencial para saber el Plan Perfecto del Padre?

Pablo nos enseña como obtener este tipo de oración. Él nos dice en Romanos 12:2, “para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.”

Pablo no tan sólo nos dice que la voluntad de Dios es buena, agradable y perfecta, sino que nos dice cómo encontrarla, cómo comprobarla. La palabra griega dokimázo [g1381] significa distinguir, aprobar, comprobar, examinar, saber, someter a prueba.

Pero en este versículo esta palabra está acompañada con la partícula griega eis y la razón de esta construcción gramatical es para aumentar el infinitivo. Es decir, Pablo nos está mostrando aquí una razón muy importante.

Cada vez que vemos esta combinación griega, sabemos que Pablo está respondiendo una pregunta: ¿Por qué? Pablo usó esta forma de expresión 43 veces en sus escritos, cuatro veces más que todos los escritores del Nuevo Testamento combinados. Es una expresión que conlleva propósito.

La mayoría de nosotros estamos familiarizados con la primera parte de este versículo: “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento.” -El griego metamorfóo [g3339], de donde viene nuestra palabra metamorfosis, obviamente significa transfigurar, transformarse, cambiar.

Pablo nos dice por qué esta transformación es tan importante. Porque la transformación trae la revelación y comprobación de la voluntad perfecta de Dios. Movernos de los patrones del mundo a los patrones y paradigma de Dios trae mucho más que un cambio en nuestro comportamiento y carácter. Nos permite conocer quien Dios es y lo que Él desea.

Tú puedes conocer la voluntad de Dios y orar de acuerdo a Su deseo si te transformas a la perspectiva de Él. La Transformación es el ingrediente esencial para comprobar la buena, agradable y perfecta voluntad de Dios. Nunca podrás comprobar Su voluntad si no estas dispuesto a entregarte a una total transformación. Oraciones sin transformación son como globos espirituales llenos de plomo, que nunca elevan.

Jesús dijo de su vida de oración, “Yo sabía que siempre me oyes” (Juan 11:42). Porque Él siempre estaba totalmente trasformado y entregado a la voluntad del Padre, Él podía comprobar el Plan Perfecto de Dios. “El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado, Y tu ley está en medio de mi corazón.” (Salmo 40:8).

La oración es asunto de entrega total, de anhelar la voluntad del Padre. “Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, Santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.” (Mateo 6:9-10).