| El Misterio Escondido– Desatando el  poder y la provisión de la NUEVA CREACIÓN –
 En el año 2011 Dios nos enseñó lo que es precioso, a Cristo la Piedra  Preciosa de Dios. Aprendimos a valorar las riquezas preciosas de Cristo y sobre  todo aprendimos a admirarle. Él es el Admirable. Por ese cambio de valores, el  año 2011 fue un año coronado con el Favor de Dios. Fue un año donde aprendimos  que nosotros estamos en Él. Este nuevo año 2012 fue el año de la vida de Jesús. Dios nos enseñó  que Cristo vive por medio de nosotros. Aprendimos que Cristo está en  nosotros. Por lo tanto fue un año coronado de las cosas y poder sobrenaturales. El Misterio Escondido
 “Orando  también al mismo tiempo por nosotros,   para que el Señor nos abra puerta para la palabra,  a fin  de dar a conocer el misterio de Cristo,   por el cual también estoy preso.”    - Colosenses 4:3 En las Santas Escrituras encontramos varios misterios. Está el misterio  de la Trinidad que trata del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Está el  misterio de la piedad, que trata de la salvación. Y está el Misterio Escondido, que trata de  Jesús como nuestra Vida. En Quien "están escondidos todos los  tesoros de la sabiduría y del conocimiento".  Col. 2:2  para que sean consolados sus corazones,  unidos en amor,  hasta alcanzar todas las riquezas de pleno  entendimiento,  a fin de conocer EL MISTERIO de Dios el Padre,  y de Cristo, 3  en Quien están ESCONDIDOS  todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento.
 En Jesús encontrarás toda la sabiduría que necesitas. Es lo  que necesitas para que te vaya bien. La Biblia presenta la sabiduría como lo principal, pero  ¿sabes lo qué es el "espíritu de sabiduría"? Observa la oración que  pronunció el apóstol Pablo por la iglesia de Éfeso: “Pido que el Dios de nuestro Señor  Jesucristo, el Padre glorioso, les dé el Espíritu  de sabiduría y de revelación, para que lo conozcan mejor. Pido también que  les sean iluminados los ojos del corazón para que sepan a qué esperanza Él los  ha llamado, cuál es la riqueza de su gloriosa herencia entre los santos, y cuán  incomparable es la grandeza de su poder a favor de los que creemos. Ese poder  es la fuerza grandiosa y eficaz.” —Efesios 1:17-19 ¿Lo vas entendiendo? El espíritu de sabiduría y revelación está  en el conocimiento de Jesús. Cuanto más conoces a Jesús y tienes la  revelación de Su inmerecido favor en tu vida, tanto más tendrás el espíritu de  sabiduría. Entre más conocemos a Jesús más conocemos nuestro destino. Él es  nuestro destino. Fuimos creados para conocerle a Él y estar completos en Él. Porque Cristo, el poder de Dios y  Sabiduría de Dios, mora dentro de nosotros, Él nos dará la “boca de Sabiduría”  para decir y hacer en cada situación y tener éxito. Pidamos a Dios cada día  Sabiduría de lo alto. Busquemos el rostro de Jesús y Dios nos hará fluir en el  Espíritu de Sabiduría. Simplemente recuerda que uno  superior que Salomón mora en ti; Jesús está contigo. Él es la Sabiduría de Dios  y de Su sabiduría fluirá para cada situación. Amados  hoy en día no necesitamos ir corriendo detrás de señales y milagros sino detrás  de la Persona de Jesús. Entre más conozcamos y habitemos en el Cristo  crucificado, más tendremos TODA la herencia de Dios. Cristo es la respuesta de Dios para todos nuestros problemas.Cuando somos conscientes de orgullo, nos imaginamos que la humildad llenará nuestra necesidad; pero la contestación al orgullo no es la  humildad - es Cristo, y Cristo es la contestación para cada necesidad.
 Dios nos ha  dado su Hijo  para ser nuestra vida, y sólo necesitamos estar “en Cristo” para que todo lo que es de Cristo  venga a ser nuestro. Hay una sola 'vida cristiana' -y ésa es la vida de Cristo.  El apóstol Pablo nos da su definición de la vida en Gálatas 2:20: “Ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí”. Nuestra Vida  significa que nosotros estamos en Cristo  y que Cristo está en nosotros. Nunca se me exige imitar aquella Vida, pero sí, permitir a Cristo que viva en mí.  La única  obra  que Dios aprueba es la obra que realiza por  el Espíritu, esto  es por Cristo en mí.  Dios tiene solamente una  respuesta para cada problema humano: su Hijo Cristo. En todo Su proceder con nosotros, Él obra desplazándonos a nosotros y colocando a Cristo en nuestro lugar. Cuando  Pablo nos declaró que Cristo vivía en él, nos estaba declarando su nuevo Yo. El Hijo de Dios murió por nosotros para nuestro perdón y vive por nosotros para nuestra liberación. Así que tenemos  dos  sustituciones: un Sustituto en la Cruz por nosotros que asegura nuestro perdón, y  un  Sustituto en nosotros que asegura nuestra victoria. Cristo nuestra VidaLa Biblia declara  que Cristo es nuestra vida de muchas maneras. No obstante, el  significado de la expresión “Cristo es nuestra vida” no es tan  simple. Si Cristo es nuestra vida, ¿por qué tantos creyentes no sabemos  vivirla?
 El Apóstol Pablo en I Corintios 1:30 nos da  el secreto de la Vida de Cristo.  Podemos dividir este pasaje en dos secciones:  La primera dice: “Mas por Él estáis vosotros en Cristo Jesús”. Esto se refiere a la relación que nosotros tenemos con Cristo.   La segunda dice: “Él cual nos ha sido hecho de parte de Dios sabiduría,  justificación,  santificación y redención”. Esto se refiere a la relación que Cristo tiene con nosotros.  Dicho de otra  manera, este versículo muestra que nosotros  estamos en Cristo, y que Cristo está en nosotros. La primera  relación: Yo en Cristo.Estar EN Cristo significa que hemos sido  justificados, que Dios ha justificado al impío dándole arrepentimiento y  remisión [perdón] de pecados. Estar en Cristo también significa que no hay  condenación alguna contra los escogidos porque Cristo pagó el precio de todo  pecado, sació la ira de Dios y cumplió toda la Ley por nosotros.
 La obra de la  salvación es que Dios nos puso EN Cristo. Y al juzgar a Cristo en la cruz por los pecados de los escogidos,  nosotros morimos juntamente con Él. Pero cuando Cristo resucitó, nosotros  resucitamos también con Él.
 ¿Por qué nos puso Dios en Cristo?
 Porque éramos  pecadores y teníamos la vida adámica. Así que, para que Dios pueda darnos una  vida nueva, primero debe eliminar este problema. Pero Dios no puede llevar a  cabo esto en nosotros directamente, porque si lo hiciera, moriríamos. Si Dios  eliminara los pecados directamente en nosotros, moriríamos eternamente.
 Por un lado, Dios  quiere poner fin a nuestros pecados y a nuestra vida adámica; y por otro, no  desea que muramos. ¿Qué hizo entonces? Nos puso en Cristo por medio de la  operación de Su poder. Como resultado, todo lo que Dios hizo en Cristo resolvió  nuestra situación.  Todos nosotros  estamos incluidos en Cristo, y todo lo que Dios hizo en Él, llega a ser Su obra  en nosotros. Cuando Dios juzgó a Cristo, el resultado fue el mismo que si nos  hubiera juzgado a nosotros directamente. Esta es la verdad bíblica básica con  respecto al Señor Jesús como nuestro salvador.
 ¿Cómo pudo Cristo  morir por nosotros? Lo pudo hacer porque Dios nos puso a  todos nosotros en Él. Así como Leví dio los diezmos en Abraham, porque estaba  en sus lomos, así nosotros fuimos puestos por el poder de Dios en Cristo.  Cuando Cristo murió nosotros morimos también.
 No estamos muriendo  poco a poco sino que morimos totalmente a Adán, a la Ley, al pecado, a la ira  de Dios y a la condenación. La muerte no tiene lugar en nosotros jamás y no  estamos más bajo el reino del pecado. ¿Qué significa  estar en Cristo?Explicaré esto con  un ejemplo. La China produce entre sus artesanías cierta clase de cajas  barnizadas, las cuales contienen otras cajas de menor tamaño. Cada caja  contiene otra que embona perfectamente en su interior. Exteriormente hay una  sola caja; pero cuando uno la abre, encuentra otra más pequeña adentro, y luego  otra. Esta es la forma en la que nosotros estamos en Cristo. Todo lo que le  paso a Cristo en la Cruz como la “caja grande”, nos ocurrió a nosotros  como “cajitas pequeñas”.
 Como descendientes  de Adán, todos estábamos en él. Adán es como la caja grande, y nosotros las  cajas pequeñas. Todas las cajas pequeñas salieron de esa gran caja. Todos  nosotros procedemos de él. Cuando se abre una caja, adentro se hallan muchas  otras. Ponemos muchas cajas dentro de una, y sólo vemos una.  Desde nuestra   perspectiva,  vemos  muchos  hombres  individuales;   pero  desde  la perspectiva de Dios, todos somos un solo hombre en  Adán. Debido a que todos nosotros estábamos en Adán, “la desobediencia de un  hombre” constituyó muchos pecadores. Y puesto que somos uno en Adán, todos  nosotros estamos condenados:  “por  la desobediencia de uno solo, los muchos fuimos constituidos pecadores”. Dios nos juzgó  según este principio pero también nos salvó según este mismo principio. Él nos  puso a todos en Cristo, y “por la obediencia de uno solo, los muchos  serán constituidos justos”. Puesto que somos uno en Cristo, todos hemos recibido la Justificación de la Vida (Rom. 5:18-19).  Dios nos vio a todos como una sola  persona en Adán. De la misma manera, nos ve a todos como una sola persona en  Cristo. Y al estar en Cristo, hemos recibido la Justificación de Vida. Es  decir, esta posición nos hizo aptos para recibir la Vida de Jesús. “Porque así como en Adán todos  mueren,  también en Cristo todos serán  vivificados” (I Cor. 15:22).  Adán es como una  caja grande, y Cristo como una segunda caja grande. Dios por Su poder, no por  nuestra religión, meritos o dignidad, nos sacó de la primera y nos puso en la  segunda. Éramos uno en la primera gran caja, la cual representa a Adán, y ahora  somos uno en la segunda gran caja, la cual representa a Cristo.  La Biblia llama al  Señor Jesús “el segundo hombre” y también “el postrer Adán” (1 Cor.  15:47, 45). El Señor Jesús es el último Adán, y  Dios nos puso en Él. ¡Gloria a Dios! 1  Cor. 15:21  Porque por  cuanto la muerte entró por un hombre,   también por un hombre la resurrección de los muertos. 22  Porque así como en Adán todos  mueren,  también en Cristo todos serán  vivificados.
 45  Así también está escrito:  Fue hecho el primer hombre Adán  alma viviente;  el POSTRER [ÚLTIMO] ADÁN,  espíritu vivificante.
 47  El PRIMER HOMBRE es de la  tierra,  terrenal;  el SEGUNDO HOMBRE,  que es el Señor,  es del cielo.
 48  Cual el terrenal,  tales también los terrenales;  y cual el celestial,  tales también los celestiales.
 49  Y así como hemos traído la  imagen del terrenal,  traeremos también  la imagen del celestial.
 La unión con  Adán  y la unión con  Cristo es la  forma en que Dios trata  con  la humanidad. Así nuestra relación con  Cristo es paralela a nuestra relación con Adán, el primer hombre. Lo que es verdadero en nuestra relación con el primer Adán, es básicamente  verdadero en nuestra relación con el postrer Adán, el Señor Jesucristo. Así como todo hombre fue hecho  en la imagen de Adán (Gén. 5:3), así también la humanidad  nueva, los elegidos de Dios de todas las edades, están siendo  conformados a la imagen de Cristo (Rom. 8:29). Esta conformidad es primero moral y espiritual  (Efe.  4:24) y luego en la resurrección, será corporal.  Desde el primer  Adán hasta el último Adán están obviamente todos los “adancitos”. Todos los  adanes grandes o pequeñas estamos en esa gran lista de los adanes. Y Jesús como  el Último  o Postrer Adán fue el final de esa gran lista de condenación y  esclavitud. La cruz de Cristo fue el final de la raza del primer Adán. Por lo tanto,  cuando Cristo fue crucificado, aquella cruz no fue sólo Su cruz, sino también  la nuestra. Puesto que Dios nos puso en Cristo, la cruz ya no es sólo Suya; es  una cruz de la que participan todos aquellos que están en Él. CONOCER, CREER y  MORAR en está verdad libera el poder tangible detrás de esta realidad  espiritual. Pero Jesús no tan  sólo es el Postrer Adán cuando murió en la cruz, sino que cuando resucitó de  los muertos, Él se constituyó en el “Segundo Hombre”. Y como tal, estamos  legal, moral, y espiritualmente unidos al Segundo Hombre. Y todo lo que es real  según el Segundo Hombre, es real para nosotros también, porque tal “como  Él es, así somos nosotros en este mundo” (I Juan 4:17). Una vez más,  entre más estamos conscientes de las realidades del Segundo Hombre, más se  manifiestan en nosotros, no por el esfuerzo propio sino por la Fe. Si no estamos en Cristo, no podemos morar en Él. Debemos recordar que para andar con Él, debemos estar en Él. Si  primero no estamos en Él, no podemos andar con Él. Esta es nuestra fe  fundamental, la cual debemos entender claramente. Cuando Dios juzgó a  Cristo, también nos juzgó a nosotros con Él. Dios YA resolvió  el problema del pecado y del yo, pero se manifiesta en nosotros por medio de la  consciencia de la Fe. Gracias a Dios que  morimos en Cristo. Esta es la razón por la que Romanos 6:11 dice: “Así también  vosotros, consideraos [hacer un inventario] muertos al pecado,  pero vivos para Dios en Cristo Jesús”. ¡Qué maravillosa  relación estar EN Cristo! Es estar unidos a Él. Y recordemos que no fuimos  unidos a Él por nuestros esfuerzos, capacidades, logros, meritos o dignidad  sino por el poder de Dios. Esto significa que  entre más estamos conscientes por medio de la Fe de esa unión, más fluye el  poder, efecto y beneficios de esa unión. Observa muy bien la palabra que  cuidadosamente he usado: “estar consciente de la unión.” Todos los cristianos, no sólo la élite espiritual, están unidos a  Jesucristo. Si uno no está unido a Cristo, no es cristiano. “Ni la  muerte ni la vida, ni los ángeles ni los demonios...podrá apartarnos del amor  que Dios nos ha manifestado en Cristo Jesús nuestro Señor” (Rom. 8:38-39).  Nuestra  unión con Cristo es una relación viviente que nos da la gracia para vencer el  pecado y vivir vidas victoriosas. Jesús es el autor y consumador de nuestra fe, el capitán de nuestra  salvación. Él es el pionero que ha ido delante de nosotros y hasta ha  conquistado la muerte.  El Señor metafóricamente nos dice, “Yo soy la vid y ustedes son las ramas”  (Juan 15:5). Nos dice que permanezcamos en Él, pues aparte de Él no podemos  hacer nada. Al estar conscientes de la unión con la Vid, fluye en nosotros la  rica sabia. Nuestra unión con Cristo es dinámica,  no estática. Él nos ha injertado a una relación que crece, así  como las ramas crecen y dan fruto si están injertadas a la Vid. Las ramas no crecen y dan  fruto en base de su esfuerzo propio sino en base de su unión. Por lo tanto,  aunque nuestra relación con Cristo es un HECHO, la consciencia y delicia de ese hecho genera en nosotros  la suficiente sensibilidad y las evidencias tangibles de Su poder. Ya sea que nos sintamos unidos con Cristo o no es de secundaria  importancia; el hecho es que lo estamos. Este es nuestro estado como creyentes.  ¿Acaso un matrimonio deja de existir sólo porque los esposos sienten cierta  distancia entre ellos? Claro que no. Permanecen espiritualmente y legalmente  unidos aun cuando su afecto se enfríe por un tiempo. Los sentimientos - o la  falta de ellos - de ninguna manera ponen en peligro el hecho de nuestra unión  con Jesús. Sin embargo, la conciencia de  ese hecho debe generar suficiente sensibilidad.   La segunda  relación: Cristo en mí.Ya hablamos brevemente  que estamos en Cristo. Ahora hablemos de Cristo en nosotros. El segundo aspecto consiste en poner a Cristo en nosotros. El primer  aspecto, “Yo en Cristo”, es salvación  y justificación, pero el segundo aspecto, “Cristo  en mí”, es PODER. En 1 Corintios 1:30 dice: “El cual  nos ha sido hecho de parte de Dios sabiduría, justificación, santificación y  redención.”
 ¿Cómo puede   estar Cristo en  nosotros? Él  está  en nosotros debido  a Su  resurrección y porque envió a Su Espíritu  en nosotros. Puesto que el Señor  Jesús resucitó y ahora es el Espíritu Santo (no es simplemente un hombre, sino  un hombre en el Espíritu), puede estar en nuestro interior. Por ello habla la  Escritura del Espíritu de Cristo morando en nosotros. El Señor dijo que  Su carne es verdadera comida y Su sangre verdadera bebida. Nosotros podemos  comerle (Juan 6:53-56).  Si Él continuara  siendo un hombre tal como lo fue cuando estuvo en la tierra, no podría ser  nuestra comida. Nosotros comemos el fruto del árbol de la vida; no el árbol  mismo. Es imposible comerse un árbol.  De la misma forma,  no hay manera que una persona entre en otra. Cuando el Señor Jesús estuvo en la  tierra, Él fue como el árbol de la vida; no podía entrar en nosotros.  Si el Señor Jesús  no hubiese resucitado y sólo fuera el Jesús que vivió en la tierra,  permanecería siendo igual. Lo mismo sucedería conmigo, no habría manera de  recibirlo. Por muy santo y precioso que sea Jesús de Nazaret, si sólo es un hombre,  es imposible que entre en nosotros. Pero gracias al Señor que hoy Él no es sólo  un hombre. Por morir y resucitar como el Espíritu Santo, ha venido a ser el  Señor a quien podemos recibir. El Espíritu Santo es el propio Señor en otra  forma (Juan 14:16-20).  Este es el Plan  de Vida de Dios. Él quiso darnos  vida y ¿cómo lo logró? Primero nos puso EN Cristo y luego puso a Cristo en nosotros. Pero ¿cómo puso a Cristo en nosotros?  Puso el Espíritu de Cristo morando en cada creyente para que sea el mismo Señor  viviendo cada día por nosotros. No busques afuera  lo que ya tienes abundantemente dentro de ti. Dentro de ti mora el Rey de reyes  en la forma de Su Santo Espíritu. Debemos llegar al  punto espiritual que admitimos que somos débiles en nosotros, que somos barros y que tenemos un Gran Tesoro dentro de nosotros que se llama Jesús. 2  Cor. 4:5  Porque no nos predicamos a  nosotros mismos,  sino a Jesucristo como  Señor,  y a nosotros como  vuestros siervos por amor de Jesús. 6   Porque Dios,  que mandó que de las  tinieblas resplandeciese la luz,  ES EL QUE RESPLANDECIÓ EN NUESTROS CORAZONES,  PARA ILUMINACIÓN DEL CONOCIMIENTO DE LA  GLORIA DE DIOS EN LA FAZ DE JESUCRISTO.
 7  Pero tenemos este TESORO en vasos de barro,  para que la excelencia del poder sea de Dios,  Y NO DE NOSOTROS,
 Soy nada sin Dios. Se nada sin Dios. Tengo nada sin Dios. Puedo hacer nada  sin Dios. Lograre nada sin Dios. Entonces me jacto en esa realidad, la proclamo  con todo pulmón, y entonces el PODER de Dios se manifiesta.  No se trata de lo glorioso del barro sino de lo valioso del Tesoro.  Entonces la excelencia del PODER se manifestará. Esto es un misterio: Que tenemos este  TESORO en estos vasos de barro. Esto es lo que humildad significa:  TOTAL DEPENDENCIA EN DIOS. ES ESTAR CLAVADOS EN DIOS. Es por eso que el nombre  Rut en hebreo es muy significativo:  Comienza con Resh (cabeza, pensar, estar consciente), Vav (clavo, unido) y Tav (la obra terminada de Jesús, perfección, verdad). La Humildad es estar  conscientes continuamente y únicamente de la obra terminada de Jesús y depender  de su total perfección. Una vasija de  barro es fácilmente quebrada, rajada, fragmentada, desfigurada, y dañada. Eso  somos nosotros. Somos tan frágiles y somos nada en nosotros. Este es el significado del Corazón  Perfecto, uno que confía plenamente y únicamente en Dios.  2 Crón 16:9  Porque los ojos  de Jehová contemplan toda la tierra,   para MOSTRAR SU PODER A FAVOR DE LOS QUE  TIENEN CORAZÓN PERFECTO PARA CON ÉL. ....   Dios quiere mostrarse poderoso a  nuestro favor, no nuestro poder a nuestro favor. “Señor hoy te voy a  impresionar. Hoy voy a ayudar a la gente para que estés orgulloso de mí.” En lugar debemos decir, “Señor, soy débil. Soy una simple vasija de barro,  que fácilmente se quiebra o se raja y no tiene gran valor. Por ello me rindo  totalmente a Ti para que sea Tu PODER a mi favor porque mi corazón está fijado  en Tí.” No tengo que confiar en mi  intelecto, mi apariencia, mis habilidades, logros o fuerzas. Todas esas cosas  no son sino vasija de barro. Esta es la verdadera libertad,  poder experimentar el PODER de Dios a nuestro favor a través de un corazón  perfecto (uno rendido, clavado, entregado a Dios y vacio del yo).  La gente que Dios usa son las personas que han encontrado la Gracia en la  Persona del Señor Jesucristo. “Tú,   pues,  hijo mío,  esfuérzate  [se fuerte] en la gracia que es EN Cristo Jesús” (2 Tim. 2:1). Andar en  la Gracia requiere trabajo pero siempre termina en REPOSO.  Nuestra vida será  sobrenatural porque Aquel Cristo que caminó sobre la tierra haciendo cosas  sobrenaturales, está caminando hoy de la misma manera que lo hizo entonces,  pero dentro de nosotros. El Poder de Dios y la Sabiduría de Dios está dentro de  nosotros no para ser usados por nosotros sino para usarnos a nosotros. ¿Le  permitiremos manifestarse? Jesús es muchísimo  más que perdonar y quitar pecados, es mucho más que quitar toda condenación y  vergüenza y asegurarnos un lugar en el cielo. Él es la Vida  morando en nosotros y Su Vida fluye como Ríos de Agua Viva desde adentro de  nosotros. Cuando el Señor  Jesús envió al Espíritu, vino a ser el Señor a quien podemos recibir. Si no hubiera llegado a ser tal, no lo podríamos disfrutar. Cristo  resucitó y envió su Espíritu Santo.  Cuando  recibimos  al   Espíritu  Santo,  recibimos  a  Cristo.  De   la  misma manera, cuando recibimos al Hijo, recibimos al Padre.  Cuando los hombres  de antaño veían al Hijo, veían al Padre. Lo mismo sucede ahora; cuando los  hombres conocen al Espíritu en nosotros, conocen al Hijo. El Señor Jesús  resucitó y mora en nosotros en el Espíritu Santo.  Cristo es  muchísimo más que un modelo. Es nuestra vida. Hemos pensado erróneamente que Dios nos dio a Cristo como nuestro  modelo de vida únicamente. ¿Qué es un modelo? Simplemente algo que vemos y  tratamos de copiar. De esta manera pensamos que tenemos que ver a Jesús y  tratar de copiar su vida. Pero si observamos bien, eso no es gracia sino  esfuerzo propio. Y es por ello que fracasamos.  Dios nos dio al  Señor Jesús, no como maestro ni como modelo nada más, sino para que sea nuestra  vida. JESÚS ES NUESTRA VIDA. Él dijo, “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida”  (Juan 14:6).  Cuando nuestro Señor hizo esta  declaración no significaba que yo tengo que caminar el camino de Él, que yo  tengo que obedecer la verdad de Él y que yo tengo que vivir la vida de Él. No,  sino que Él mismo es el Camino, Él mismo es la Verdad y Él mismo es la Vida. Él  es el que va andar el camino, obedecer la verdad y vivir la vida.  En este sentido,  nosotros no usamos la Gracia sino que la gracia nos usa a nosotros.
 La gracia no es una  cosa que yo pueda usar, sino algo que me usa a mí; sin embargo la gente habla  de ella como pudiéndole manejar, y no como una influencia que tiene poder sobre  ellos. No es algo que yo pueda perfeccionar, sino que me perfecciona a mí, que  me emplea y obra sobre mí. Así como nadie puede coger la Gracia por sí mismo y  volverse de las tinieblas a la luz, así nadie puede coger la gracia y vivir  cada día.
 La luz no viene a  la oscuridad y le dice: úsame, sino que la toma y la echa fuera. La vida no  acude al cadáver y le dice: válete de mí y torna a vivir, sino que con su  propio poder lo resucita.  El poder espiritual  no se acerca a los huesos resecos para decirles: usadme y revestíos de carne,  sino que él los cubre, y acaba la obra. La gracia es, pues, algo que se nos da  y que ejerce su influjo sobre nosotros. Un TestimonioMi sobrina Nicol no fue muy buena  estudiante cuando hizo su educación en casa. Mi hermana Vilma tuvo muchísima  dificultad con su hija Nicol porque aunque se esforzaban, académicamente esta  jovencita no podía responder.
 Un día me acerque a ella y le  profetice imponiendo mis manos sobre ella. Dios le dijo que ella estudiaría medicina  y que Dios estaría con ella. Y SOLAMENTE lo lograría si sabía vivir según la  Gracia de Dios. Esto es, según el poder de Dios cada día. Así fue que mi sobrina Nicol  comenzó a escuchar repetidamente mis predicas de la Vida Resucitada [“Soy muy  amado por Dios”, “Estoy sentado en el Trono de Dios”, “Dios está conmigo”,  etc.], y comenzó repetir continuamente: “Soy muy amada de Dios. Recuesto mi  cabeza en el pecho de Jesús, descansando en Su Amor incondicional. Estoy  sentada en el Trono de Dios y cuando yo reposo, Dios trabaja.” Es decir,  mensajes que enseñan en una manera práctica nuestra relación En Cristo. Para la Gloria de Dios y sorpresa  de todos, se comenzó a verse inmediatamente el resultado de vivir en el Favor  de Dios en una manera tangible. En materias como matemáticas donde ella era muy  pésima comenzó a sacar muy buenas notas. En biología en la cual ella era muy  deficiente, se tornó excelente. Y así sucesivamente.  En todas las áreas comenzó a ver  el buen éxito de Dios. Y no tan sólo se evidenció el éxito académicamente, sino  también en otras áreas. Dios le dio un poderoso testimonio en la universidad  que ha sido de mucha luz a las compañeras de estudio. También financieramente  Dios se ha mostrado muy fiel. Cada domingo viene con un  poderoso testimonio de la gracia de Dios sobre su vida. Su relación con Dios,  su gozo, su amor, todo a tomado una intensidad que ella jamás había  experimentado. Y hace poco fue reconocida en la lista de honor (Dean’s List). Porque Nicol comenzó a ser  consciente de la primera relación, “Ella en Cristo”, se manifestó  inmediatamente la segunda relación, “Cristo en ella".  A mi propia hermana Vilma le  temblaban sus manos. Esta condición se iba intensificando poco a poco. La  medicina moderna no le daba ni solución ni esperanza. Para su asombro, de repente ella  notó que había dejado de temblar totalmente. Le preguntó al Señor por qué había  dejado de temblar y justo ese domingo durante unos de los mensajes prácticos  del Misterio Escondido, encontró la razón. La palabra hebrea para enfermarse  es חלה. Es muy interesante que la palabra hebrea  para enfermarse contiene la letra Hei (Gracia). Qué sorpresa. ¿Cómo  puede ser esto? Leyendo de derecha a izquierda  tenemos Het (cerca o vallado), Lamed (aprender) y  Hei (Gracia).  Es decir, cada vez que alguien  está vallado o cercado de aprender la Gracia, se enferma. Hay que traer abajo  las fortalezas y mentiras que nos detienen de aprender la Gracia. El enemigo ha  levantado fortalezas, vallados y cercas que nos detienen de aprender la Gracia  y vivir consciente de ella continuamente. Mientras Rut  estuvo casada durante diez años a Mahlón (kjalá – un derivado de  enfermo), que significa enfermo y  debilidad”, nunca tuvo hijos. Diez representa la Ley. Bajo el régimen  de la Ley estaremos siempre enfermos, débiles y sin hijos. Pero apenas se casó  con Booz, que significa “en Él hay poder”, inmediatamente  concibió. Cristo nos redimió de toda dolencia, debilidad y enfermedad porque  por Sus llagas fuimos sanados. Durante mi mensaje mi hermana  Vilma exclamó en voz alta y sollozando: “Ya  sé por qué se me quitó el temblor, porque he estado muy consciente de la Gracia  cada día.” Pudiera agregar muchísimos otros  testimonios del poder de Dios debido a esta gran verdad, pero les animo asistir  a escuchar los mensajes con gran expectativa. Vemos que vivir por Gracia es la  aventura más excitante que podamos tener. Muchas personas son cristianas e  indudablemente van al cielo pero no saben vivir por Gracia. Y por ello viven  según sus esfuerzos, recursos y circunstancias. Debido a ello no alcanzan la  estatura que Dios desea para ellas. Todo el TESORO de Dios ya está en nuestra vida. Toda la Nueva  Creación descansa dentro de nosotros. Pero es necesario que de una manera  practique comencemos a vivir nuestra verdadera persona. Dios está con nosotros  y todo lo que hagamos prosperará. Somos hijos de Dios; más que vencedores.  La Biblia nos dice que tenemos un  Tesoro en vaso de barro. Ese Tesoro es  Jesucristo en nosotros. Es la Nueva Creación. Y el barro son nuestras limitaciones,  debilidades, y temores. Deja de mirar tu barro y comienza a vivir según tu  tesoro. Nunca decidas según el barro sino según el Tesoro. Comencemos a vivir  muy por encima de nuestras limitaciones y circunstancias. Una carrera universitaria es tan  sólo una herramienta para glorificar a Dios pero no es nuestra meta. Nuestra verdadera vocación es conocer a  Dios en la persona gloriosa de Jesucristo. Hemos sido escogidos para conocer el Gran Misterio escondido  y para vivir según ese Misterio. En Efesios 3:4-6 Pablo habla de su conocimiento en el  misterio de Cristo. Este misterio no se dio a conocer a los hijos de los  hombres en otras generaciones. Los hombres de la antigüedad no supieron acerca  del misterio que Dios reveló a Pablo, el cual consiste en que judíos y gentiles  llegan a ser un solo y nuevo hombre en Cristo Jesús. Según Colosenses 3:10-12, el nuevo hombre se renueva hasta  el pleno conocimiento, según la imagen del que lo creó. En el nuevo hombre no  hay griego ni judío, circuncisión ni incircuncisión, bárbaro ni escita, esclavo  ni libre, sino que Cristo es el todo, y  en todos. En el nuevo hombre las distinciones no tienen absolutamente  ninguna importancia; el creyente es el nuevo hombre o no es nada. En la esfera  del nuevo hombre ser griego o judío no tiene ninguna validez. El nuevo hombre es simplemente Cristo.  La naturaleza del nuevo hombre es Cristo. Cristo lo es todo  y está en todos. El nuevo hombre está constituido exclusivamente de Cristo  mismo.  No te la  pierdasEn esta poderosa serie El Misterio  Escondido aprenderos de manera práctica la  aplicación de nuestras dos relaciones con Cristo, nosotros en Él y Él en  nosotros. Si vives consciente por medio de la Fe de estas dos realidades  espirituales veras desatado en todo lo que emprendas el poder del Evangelio.  Vivirás conforme el Misterio Escondido, Cristo en nosotros poder de Dios y  Sabiduría de Dios.
 Clamor: “Solamente el deseo soberano de nuestro Dios, nos hace herederos de  gracia; por Su bendito placer somos dueños de tan grande riqueza. Nacidos a la  imagen de su Hijo, restaurados de la caída raza, estoy en Él y Él está en mí.  Bendita sabiduría y bendito poder de Dios. Oh, Abba Padre haz que en todo en mi  vida Cristo mismo, por Tu Espíritu, viva esta realidad en mí. Amén.”        Para descargar este volante completo en PDF por favor oprima aqui |